039 - Ignatius



Mas edición al ritmo de Broncano




Ya he terminado la segunda parte del vídeo. Ya solo me quedan 3 y las putas voces en off, a este ritmo, lo tendré hecho en tres días sin problemas. Pero sabiendo cómo soy... verás tu.

Y le estoy metiendo bastante After Effects, de ahí que tarde más de lo normal, si solo fuera montaje y pa casa, ya lo tendría hecho, pero como soy muy especialito...

Y nada, hoy no tengo mucho que decir, es domingo, así que voy a contar lo que está sonando en mis auriculares desde hace un par de semanas cuando hago el vídeo y cuando trabajo:

La vida Moderna. Programa de Radio de la cadena Ser. Es un programa de humor en el que comentan noticias, hablan de sus anecdotas, y sobre todo, hablan de lo rural. Lo llevan David Broncano, Ignatius y Quequé; y junto a Nadie Sabe Nada, me he convertido en fan námbar uán del programa.

Ahora mismo, van por el el programa 154, yo por el 81:

Qué vicio, madre mía...
Broncano se sale, Quequé tiene salida para crear personajes y secciones rapidamente... y luego está Ignatius:

Ignatius no me acaba de convencer. Llevo ya 81 capítulos y aun me chirría. Tiene un humor demasiado infantil que se basa solo en "te imaginas que" y autohumillacion. Las únicas veces que me han gustado sus intervenciones han sido cuando no se ha enterado de algo, o muestra ingenuidad, o cae en la broma del otro por inocencia. Me recuerda a veces a un niño pequeño.



Es un contraste que pega con Broncano y Quequé los cuales son mas indirectos, dicen lo justo para hacer gracia y se moderan en comportamiento... pero es un contraste demasiado grande. Ignatius, una vez hace el chiste, lo vuelve a repetir mientras ríe, es muy irrespetuoso con la gente y llega a un punto en que su humor negro o ácido deja de hacer gracia porque pasa directamente a la ofensa, y eso es algo que te deja con mal sabor de boca y con ganas de que le pongan en su sitio.

En fin, no se, quizás acabe gustándome con el tiempo, hubo momentos en los que me he partido de risa con él, como cuando hizo el programa desde el teléfono yendo en metro o algunas veces que cuando habla se le va la olla gritando cosas de sus anécdotas.


Pese a todo, me encantan estos tres, y creo que sin Ignatius no sería lo mismo.

Pues nada, mañana otro día de edición, de exposicion de arte y de blogeo, que por cierto... eso es muy vida moderna

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